lunes, 10 de enero de 2011

El don de la ebriedad - Claudio Rodríguez



Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario