domingo, 13 de marzo de 2016

La peste (1947) - Albert Camus





Orán, al contrario, es aparentemente una ciudad sin sospechas, es decir, una ciudad a todas luces
moderna. No es necesario, por eso, precisar la manera en que nos amamos. Los hombres y las mujeres, o bien se devoran rápidamente en eso que llamamos el acto del amor, o bien se comprometen a una larga cotidianidad de dos. Entre esos extremos, no cabe nada, lo que tampoco es original. En Orán, como en cualquier otra ciudad, hace falta tiempo y reflexión: estamos completamente obligados a amarnos sin saberlo.