lunes, 30 de diciembre de 2013

El odio (La Haine) - Mathieu Kassovitz (1995)

Es la historia de una sociedad
que se cae.
Según se va cayendo, se repite
sin cesar, para tranquilizarse:
Hasta ahora todo va bien.
Hasta ahora todo va bien.
Hasta ahora todo va bien.
Lo importante no es la caída...

...sino el aterrizaje.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Henry Miller, tamaño natural - Brassaï

Henry Miller en 1932
¿Sabes por qué he titulado mi primer libro Trópico de Cáncer? Porque el cáncer significa para mí la enfermedad de la civilización, el punto álgido de una mala ruta, la necesidad de un cambio radical de camino, de un recomenzar a partir de cero… Sí, hay que volver a empezar de la nada, para bien o para mal… Lo que yo deseo es parar mi evolución, retroceder el camino recorrido, alcanzar y rebasar el mundo de mi infancia, regresar, regresar y regresar cada vez más, hasta llegar al mundo del que nos hemos evadido y del que la cultura y la civilización nos han alejado… Ya es hora de que comencemos a pensar, a sentir, a ver el universo de un modo no cultivado, primitivo, pero sin duda esto es lo más difícil del mundo.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Bajo el volcán - Malcom Lowry


Volcán Popocatépetl (México)
¡Qué continua y sorprendentemente cambiaba el paisaje! Ahora eran campos cubiertos de piedras y una hilera de árboles secos.El perfil de un arado ruinoso levantaba los brazos al cielo en muda súplica.Otro planeta, pensó nuevamente, un planeta extraño en el que, si se miraba un poco más lejos, después de Tres Marías, podría descu­brirse inmediatamente New Hampshire, las praderas de Eure-et-Loire, hasta las grises dunas de Cheshire, hasta el Sahara; un planeta en el cual se cambiaba de clima en un abrir y cerrar de ojos y bastaba tomarse la molestia de pensar en ello y atravesar una carretera para recorrer tres civilizaciones; pero hermoso –no cabía negar su belleza, fatal o purificadora, según fuera el caso: la belleza misma del Paraíso Terrenal.

martes, 13 de agosto de 2013

Teorema - Pier Paolo Pasolini

Teorema, Pier Paolo Pasolini, 1968

Hay que inventar
nuevas técnicas...
...imposibles de reconocer...
...que no se parezcan a ninguna
de las ya existentes...
...para evitar la puerilidad
del ridículo...
...y para construirse
un mundo propio...
...sin confrontaciones
posibles...
...para el que
no existan juicios previos...
...sino que deban ser nuevos
como las técnicas.
Nada debe indicar
que el autor no vale nada...
...que es un ser
anormal o inferior...
...y que como un gusano,
se retuerce para sobrevivir.

Nada debe interpretarlo
como un pecado de ingenuidad.
Todo debe parecer perfecto...
...y basado en
reglas desconocidas...
...y por lo tanto
cuestionables...
...como los locos.
Sí, como los locos.

Cristal tras cristal, puesto que
no sé cómo corregir nada...
...y no debe notarse nada...
Al pintar un signo
sobre un cristal...
...lo corrige
sin mancharlo...
Un signo que ya se había pintado
antes sobre otro cristal.
Pero no debe creerse...
...que se trata del acto
de un incapaz...
...de un impotente.
La elección
debe parecer segura...
...sólida, fundada
y casi prepotente.
Nada debe hacer dudar de que un
signo triunfa "por casualidad".
"Por casualidad"
es algo horrible.
Cuando un signo
triunfa de milagro...
...hay que protegerlo
y conservarlo inmediatamente...
...como una reliquia.
¡Nadie debe darse cuenta!

El autor es un pobre idiota,
muy mediocre.
Vive preso del azar
y del riesgo...
...humillado como un crío.
Su vida se reduce
a la melancolía y el ridículo.
Se degrada a sobrevivir
por la ilusión...
...de haber perdido
algo para siempre.

jueves, 9 de mayo de 2013

Primavera negra - Henry Miller



Caminamos sobre filamentos delicados que beben ávidamente el pasado y el futuro, y todas las cosas se derriten en música y en tristeza; caminamos contra un mundo unido, afirmando nuestra división. Todas las cosas, cuando caminamos, se dividen con nosotros en miríadas de fragmentos iridiscentes. La gran fragmentación de la madurez. El gran cambio. En la juventud éramos un todo y el terror y el dolor del mundo penetraban en nosotros total y enteramente. […]
Después llega un tiempo en el que todo parece al revés. Vivimos en la mente, en ideas, en fragmentos. Ya no bebemos la salvaje música exterior de la calle… la recordamos solamente. Como maniáticos revivimos el drama de la juventud. […]
Mientras allá, en el puente de Brooklyn, un hombre espera en agonía, para saltar, o para escribir un poema, o para que la sangre deje al fin sus arterias porque, si da un solo paso, el dolor del amor lo matará.

jueves, 24 de enero de 2013

El coloso de Marusi - Henry Miller



Es casi la misma hora del día, algunos meses más tarde, cuando escribo estas páginas. Al menos el reloj y el calendario así lo dicen. La verdad es que han transcurrido siglos de luz desde que pasé por ese estrecho pasadizo. Nunca volverá a ocurrir. Ordinariamente me entristece este pensamiento, pero ahora no.
Tengo muchos motivos de estar triste en este momento; todos los presentimientos que he tenido durante diez años se han realizado. Estamos en uno de los momentos más bajos de la historia humana. No se vislumbra en el horizonte signo alguno de esperanza. El mundo entero está envuelto en una carnicería y destila sangre.
Isla de Poros (Grecia)
Sin embargo, lo repito: No estoy triste. Inúndese el mundo en sangre; yo me aferraré a Poros. Pueden pasar millones de años, yo mismo puedo volver y volver a uno u otro planeta bajo la forma de hombre, de demonio o de arcángel (no me importa cómo, en cuál, bajo qué forma o cuándo), pero mis pies nunca abandonarán ese barco, mis ojos nunca dejarán de ver esa escena, mis amigos no desaparecerán nunca. Fue ése un momento que se perpetúa, que sobrevive a las conflagraciones mundiales, que se eterniza más que la vida de nuestro planeta la Tierra.
Si debo alcanzar esa plenitud del ser de la que hablan los budistas, si tuviera que elegir entre alcanzar el Nirvana o quedarme atrás para custodiar y guiar a los que llegan, ahora mismo digo que deseo quedarme atrás y revolotear como un buen espíritu sobre los tejados de Poros y que me sea dado poder dirigir al viajero una mirada y una sonrisa de paz y alegría.
 Veo a toda la humanidad penar aquí, esforzándose en pasar por el cuello de la botella en busca de la luz y de la belleza. Pueden venir, pueden desembarcar, pueden permanecer y descansar un rato en paz. Y en un alegre día proseguir el camino, atravesar el estrecho canal, avanzar, avanzar unas millas más hasta Epidauro, donde se halla la mismísima sede de la tranquilidad, el centro del mundo en el arte de curar.